sábado, 19 de julio de 2014

¡Carlos III visita el Chrysler Building!



Durante milenios de civilización humana, si hay algo claro, es que la arquitectura fue, es y será síntoma de poder. Desde el comienzo de los tiempos se han construido estructuras desde simples habitáculos o monumentos funerarios pasando por Stonehenge, las pirámides de Guiza o el coliseo de Roma hasta el tremendo Burj Khalifa, actualmente, el edificio más alto del mundo.
Y, lógicamente, los constructores o mejor dicho, los precursores de estas superestructuras no fueron el pueblo llano, sino los altos mandatarios. 
Faraones, emperadores y reyes, a lo largo de la historia han explotado canteras y, desgraciadamente, a personas. Construyendo un legado que ha sobrevivido a siglos de maltratos ambientales y también humanos.
Esos miles de gobernantes van construyendo sus caprichos arquitectónicos a lo largo de la historia hasta que un buen día de 1759 y después de reinar ya, anteriormente, en los reinos de Nápoles y Sicilia (En aquella época anexionados ambos a la corona Española). Carlos III, asciende al poder tras la muerte de sus dos hermanos: Luis I y Fernando VI, Los dos sin descendencia.
Apodado el arquitecto, fue precursor de las grandes reformas de la villa de Madrid. Construyendo entre otras cosas: Puertas de acceso a la ciudad como pueden ser "De Toledo", "Portillo de San Vicente" o la archiconocida "De Alcalá". Grandes avenidas "Salón" como "la del Prado" incluyendo en ella el "Museo de historia natural" que más tarde, y gracias a la esposa de Fernando VI, Doña María Isabel de Braganza, se convertiría en otro archiconocido, el actual "Museo Del prado". Incluidas también en esas magníficas avenidas, fuentes tales como "La de Neptuno", "La alcachofa" o unos de los emblemas de Madrid, "La de Cibeles". También, el hospital general en la calle Atocha, mas un novedoso sistema de saneamiento de la ciudad con mejoras de alumbrado y alcantarillado. 
Generalmente, un nuevo ensanche para la ciudad que en aquel momento no podía abarcar el aumento de población: Casi ochenta mil nuevos habitantes. Ampliando así, el llamado Madrid de los Borbones con un lavado de cara Clasicista en contraposición arquitectónica/artística del renacentista Madrid de los Austrias, austero, lleno calles estrechas y palacios con sus famosos chapiteles y tejados de oscura pizarra.
Proclamado popularmente "El mejor alcalde de Madrid", Carlos III hizo la mejor estrategia política de la época invirtiendo en obra pública, persiguiendo así su propia glorificación al más puro estilo ilustrado: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Aunque, en principio, a los"Gatos"* no les hizo tanta gracia (De ahí su famosa frase: "Mis vasallos son como los niños, lloran si se les lava") Ya que, en el Madrid de aquella época, el saneamiento de las calles brillaba por su ausencia .
Varios siglos más tarde, tras gran cantidad de casos como el de Carlos III, cuando empieza a emerger el "Futuro" propiamente dicho, llegan los "Felices años 20" y Manhattan empieza a convertirse, prácticamente, en el centro del mundo y grandes empresarios tales como Walter P Chrysler, John J Raskob, Pierre S. du Pont, Irwin Chanin o la familia Rockefeller compiten todos ellos por construir el rascacielos más alto y lujoso. 
Construir rascacielos que glorificasen a sus empresas, que todo el mundo que alzara la vista al cielo de Manhattan viera en esos edificios el poder que poseían. Una especie de nuevo "Todo para el pueblo pero sin el pueblo" a la moderna, algo así como "Os venderemos nuestros productos, embelleceremos vuestra ciudad, pero recordad que estamos más altos que vosotros".
El ejemplo más claro y, prácticamente el primero que se dio, fue el del empresario Walter P. Chrysler, fundador de la famosa empresa automovilística, precursor de uno de los emblemas de Nueva York, El Chrysler Building.
Edificio construido por William Van Allen entre 1928 y 1930 de 77 plantas, con una altura de 318 metros contando la aguja que lo coronaba (En teoría, un chapitel del siglo XX). Construyéndose 4 plantas por semana y sorprendiendo por su altura, el Chrysler, sobresalía del "bajo" skyline de la ciudad, impresionando a los Neoyorquinos, ya que, durante un año y después superado por el Empire State, fue el edificio más alto del mundo.
Como he nombrado, un año después se termina otra inmensa torre, el Empire State, construido entre 1930 y 1931.
Proyecto financiado por John J Raskob y Pierre S. du Pont y diseñado por el arquitecto William F. Lamb y superando al Chrysler por 125 metros, este edificio de 443 metros y 102 plantas se convirtió en el edificio más alto del mundo, que más tarde superaría el World Trade Center en 1977 (Conocido como "Las torres gemelas" desgraciadamente desaparecidas en el trágico atentado del año 2001).
Estas inmensas torres y varios rascacielos más como el "Chanin Building" o el extravagante complejo comercial "Rockefeller Center", se caracterizaban por el lujo, utilizando principalmente materiales caros, el estilo Art-Decó alcanzó ahí su zenit (Al menos, a lo que en Estados Unidos se refiere) que en cambio, los años en que se construyeron no fueron los más idóneos, ya que en el año 29 tuvo lugar el  famoso Crac de la bolsa de Nueva York, principio de una profunda crisis económica, La cual, no afectaría a la construcción de los rascacielos, solo les afectaría más tarde a la hora de alquilar sus respectivos pisos para oficinas.

Se podría decir, y siempre desde mi más humilde opinión, que aún siendo Estados Unidos una república federal constitucional, los "reyes" de aquel momento eran estos empresarios ávidos de poder, buscando en la construcción de sus edificios, la glorificación de su empresa y, lógicamente, la de ellos mismos.
Y ahora me pregunto, ¿No se sentirían Carlos III y mil gobernantes más, reflejados en esos imponentes edificios? Aquí tenemos otra evidencia más de la naturaleza cíclica de la historia.

*Como se conocen popularmente a las gentes de Madrid

No hay comentarios:

Publicar un comentario